miércoles, 13 de octubre de 2010

Enhorabuena al pueblo chileno

Hoy ha sido uno de esos días que de vez en cuando la sociedad actual necesita. Un día para mantener la esperanza en el ser humano. Tras 70 largos días de cautiverio, los 33 mineros atrapados a 700 metros de profundidad van saliendo uno a uno a la superficie terrestre para alegría y gozo del país sudamericano y del mundo en general. Chile, lo merecía. Era 27 de Febrero cuando el país recibió una sacudida brutal, el octavo terremoto más intenso registrado en la historia (8,8 en la escala Richter) provocó más de medio millar de víctimas y dejó un panorama asolador allí donde se sintió de forma enérgica. Poco más de medio año después la tragedia volvía a hacer aparición: El derrumbamiento en el yacimiento San José dejaba a 32 chilenos y a 1 boliviano sin opción de escapar de los presagios más oscuros. 17 días después del derrumbe llegó a la superficie terrestre la noticia más esperada en forma de una simple nota: "Estamos bien en el refugio los 33".

El minero Luis Urzúa de 54 años de edad fue quien dirigió y guio al resto de sus compañeros con mano izquierda, inculcando en ellos la esperanza de volver a nacer. Algunos de los expertos aseguran que su liderazgo ha sido clave para superar los momentos más duros de la cautividad, como por ejemplo la distribución del poco alimento disponible en los primeros días. Nada que ver con lo que temía William Golding que ocurriría en una situación análoga (aunque con niños) en su célebre novela El señor de las moscas, en el que narra como el ser humano acaba por corromperse en situaciones extremas acudiendo al mal y a la violencia si es necesario para conseguir sus objetivos personales. El esfuerzo y la colaboración humana han terminado dando sus frutos. Estos frutos han completado su maduración hoy, cuando se ha iniciado la llamada operación San Lorenzo destinada a liberar a los 33 mineros de su angustioso calabozo. Somos grandes cuando queremos, aunque tristemente ocurra en menos ocasiones de las que deseamos.

Mi enhorabuena a Chile. Merecen esta fiesta y el mundo lo celebra con ellos. En el momento en que escribo, 23 de los 33 mineros están de nuevo aquí, con nosotros. En unas horas más todos estarán de vuelta y la vida volverá a continuar con sus vaivenes constantes. Después de todo, quizás Thomas Hobbes no tuviera tanta razón... ¿Es necesario que ocurran estos acontecimientos para confiar en la condición humana?